La Europa del Sur es pródiga en sorpresas paisajísticas. Pero pocas impactan tanto la retina del viajero como los peñascos, coronados por monasterios, de Meteoros.

DUBROVNIK: REGRESO DEL CAOS

La bellísima ciudad croata fue duramente castigada durante la guerra de los Balcanes, pero hoy vuelve a ser un destino indispensable en el Adriático. Este es un reportaje inédito escrito para el blog.

PETRA: LA ALIANZA DEL HOMBRE CON SU ENTORNO.

Una ciudad separada del Mediterráneo por dos desiertos: Uno de piedras,

tierra y montes de arenisca, El Negeb, y otro de agua casi sólida, el Mar

Muerto, que sin duda es uno de esos raros lugares que nadie debería dejar

de ver al menos una vez en la vida.

CAPADOCIA: EL TRIÁNGULO DE LAS MARAVILLAS.

En medio de la península de Anatolia queda uno de los espacioa naturales más desacostumbrados que pueden encontrarse. Un espacio para el asombro, para el mirar atónito, para perderse y olvidar la puerta de salida. Pero hay que ir pronto, porque las ordas turísticas lo han descubierto.

MISTRAS: NOSTALGIA BIZANTINA

Al Sur de Atenas, cruzando el estrecho y el golfo de Corinto surcados en la actualidad por otras galeras de hierro y humo diferentes a las de antaño, traspasando los montes protectores de la vieja Esparta, mas allá  de los restos impresionantes de nombres tan sonoros como Argos, Corinto, Micenas, Tirinto y Epidauros, en el centro del Peloponeso, se encuentran los restos ingentes de la vieja capital de Morea, permanentemente asomada al valle del Eurotas.

ALEJANDRÍA: UN SUEÑO MIL VECES SOÑADO.

Nacida al borde del desierto líbico y completamente ajena a sus arenas. Construida junto a la explosión de verdor del Delta del Nilo y claramente de espaldas al fellah (campesino) y al mundo agrícola que allí se desarrolla. Abierta a un mar ensoñador que lame con sus olas blancas la "Corniche", trayéndole las brisas norteñas de la lejana Macedonia donde la soñó un loco o un genio o un simple hombre enamorado de ese mar que un día, mas de dos milenios atrás, quiso convertirla en capital de un Imperio que uniría todas las orillas del Mediterráneo.

CARTAGO: CIUDAD DE LOS FENICIOS DISIDENTES.

Escribir sobre Cartago es escribir sobre evocación, sobre memoria ancestral, sobre sugestión por un mundo perdido para siempre. La visita a los restos de la ciudad fundada mitológicamente por Dido, y que fue reina y señora del Mediterráneo Occidental, requiere aplicar grandes dosis de imaginación.